Compliance, competencia y cultura de integridad en la contratación pública

Las claves de la contratación pública en Iberoamérica: el compliance, la competencia y la cultura de integridad son herramientas fundamentales para enfrentar la corrupción. 

Así como también para preservar la integridad, mejorar la administración pública y fomentar un nuevo paradigma cultural.

Este tema lo abordó Christian Campos Monge, abogado de Costa Rica con amplia formación en derecho y experiencia docente universitaria, en la video conferencia «Compliance, competencia y cultura de integridad en Contratación pública» organizada por Universitas Fundación #AulaDerechoPúblico.

Compliance, clave la contratación pública

La contratación pública es la estrategia del Estado para asignar los recursos. Sin embargo, algunas conductas de corrupción y anti competitividad pueden afectarla. 

Un conjunto de herramientas y prácticas pueden identificar los riesgos y establecer los mecanismos que permitan mitigarlos en el ámbito de la contratación pública.

Es el compliance, la guía de acción para el agente económico decidida por la asamblea de accionistas o fundadores. También, concebida, aplicada por el máximo jerarca y evaluada por tercero imparcial. 

La relevancia del compliance es prevenir la corrupción, promover una gestión eficiente y transparente así como crear, impulsar y desarrollar procesos en pro de una competencia efectiva.  

Dicho programa de cumplimiento debe partir del reconocimiento y respeto de las reglas del mercado que rigen en la contratación pública así como la inclusión de beneficios, riesgos mínimos y diseño concreto.

Por lo tanto, la cultura del cumplimiento debe ser el pilar fundamental para garantizar que los procesos de contratación pública se realicen de manera justa y competitiva.

La competencia y cultura de integridad, claves en contratación pública

Por tratarse de dos mundos indisolubles que operan en un entorno de rivalidad constante, su regulación amerita un diálogo cercano.

Los agentes económicos, en calidad de proveedores del Estado como personas físicas o jurídicas, juegan un papel crucial en este proceso.

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La presentación del pliego de condiciones, en búsqueda del mercado perfecto, debe marcar la diferencia con propuestas que superen las expectativas del Estado. 

De allí la naturaleza de la competencia efectiva signada por el nuevo paradigma, la cultura de integridad, que debe priorizar a las personas desde la probidad y ética del interés general.

Los pliegos de condiciones en la contratación pública 

La promoción de la competencia implica la inclusión de cláusulas razonadas que generen el sano equilibrio entre eficiencia, interés general y promoción de la competencia.

Igualmente, innovadoras, que incluya ofertas bajo cualquier modalidad, público-privado o de asociación consorcial. Así como también precios más competitivos y de esa manera facilitar que la entidad pública aprecie la combinación de la calidad y el precio para escoger al mejor proponente.  

El equilibrio entre precio y calidad debe prevalecer para evitar que la adjudicación se haga en función del costo más bajo y provocar la ejecución deficiente del contrato. 

Un conjunto de enfoques pueden incidir en el mejoramiento del pliego de condiciones, la promoción de la competencia y las ganas de ganar el concurso por parte los proveedores.  

El primero, la prevención, dirigido a personas que promuevan pliegos que inviten a la competencia y faciliten herramientas para detectar, a tiempo, cualquier germen de conducta anticompetitiva o de corrupción a sancionar. 

El otro enfoque, el sancionatorio, más complicado, puede conllevar a la inhabilitación del agente económico como proveedor del Estado o a una sanción disuasoria. 

De igual manera deben revisarse contantemente los riesgos, particulares y del mercado, bien que sea concentrado o de menor afluencia de proveedores.

El sistema de valoración de riesgo es útil para que el agente económico identifique, con plan de asesoría especializada, la concepción del plan administrativo que evite conductas antiéticas. 

He allí la naturaleza de la competencia efectiva necesaria para atraer mejores proveedores con productos de mayor calidad y mejores precios para la entidad pública. 

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La cultura de integridad clave en la contratación pública

El proceso de contratación pública, transparente y eficaz, amerita un modelo cultural de integridad. De allí la renovación y modernización de los marcos legales en Latinoamérica. 

Este conjunto de reformas incluye programas de cumplimiento y regulaciones éticas así como criterios de mayor transparencia y responsabilidad en la gestión pública. 

Su objetivo es promover programas de cumplimiento e incentivar a los agentes económicos para que actúen de forma ética y competitiva en la contratación pública.

La introducción del compliance en los marcos legales así como la regulación ética y el reconocimiento de los agentes económicos combate la corrupción. 

Por lo tanto, fomentar la cultura de integridad es sinónimo de garantía para que los procesos de contratación pública sean justos y equitativos a partir de la implementación de los programas de cumplimiento.

Igualmente promover los valores éticos entre agentes económicos y funcionarios públicos en función de la  integridad, principio rector guía de las decisiones y acciones en la contratación pública.

Desafíos y oportunidades en la contratación pública en Iberoamérica

Los desafíos para la contratación pública son significativos para la gestión pública. El fomento de la cultura de integridad, la implementación de programas de cumplimiento robustos, la adopción del enfoque de competencia y la ética pueden transformar la forma en que se llevan a cabo los procesos de contratación.

Es fundamental que los actores involucrados se comprometan a trabajar por un sistema más transparente y responsable y asegurar que el dinero público se utilice en beneficio de la sociedad.

Sin embargo, también existen desafíos significativos que pueden socavar la competencia como las prácticas anticompetitivas y el abuso de excepciones en la contratación pública.

De allí que sea vital que las legislaciones promuevan la transparencia y eviten la creación de barreras de entrada que excluyan a potenciales proveedores.

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Reflexiones Finales

La creación de la cultura de integridad implica ir más allá de la ética individual al establecerse normas claras que regulen el comportamiento de los agentes económicos.

La implementación de  programas de cumplimiento puede asegurar que el dinero público se utilice de manera efectiva y los procesos de contratación sean competitivos.

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